Edición Especial 2009

Pelaje de caballo

Fuerza y libertad

Pocas criaturas han inspirado la imaginación popular tanto como el caballo. Las pinturas rupestres de la Edad de Piedra lo conservan en toda su vivacidad de color.

Muchas deidades han sido representadas a lomos de su caballo, algunos incluso con forma equina. El corcel alado Pegaso otorgó el rayo y el trueno a Zeus en señal de su poder y, en recompensa, fue inmortalizado en el cielo con una constelación que lleva su nombre.

Aunque el caballo es más alto que el hombre, el jinete se encumbra ante ambos. Montar implica el deseo de fundirse con un ser de mayor altura sobrepasando barreras humanas. La unidad de jinete y caballo a galope tendido despierta intensos sentimientos de euforia.

Fuera de lo común

Las prodigiosas crines y colas de caballo no sólo destacan por su naturaleza sino también por su capacidad para luchar contra los elementos.

Hacia finales del siglo XVIII el pelo de caballo empezó a disfrutar del estatus de material selecto y a utilizarse para elaborar fundas de sofá. Al principio fue exclusivamente trenzado a mano, pero en 1872 se construyó el primer telar mecánico para tramar este codiciado material.

Sus sorprendentes propiedades naturales y la dificultad de su tramado hacen que el pelaje de caballo se emplee en nuestros días para confeccionar originales mobiliarios y vanguardistas accesorios de lujo.

El espectro completo de extraordinarias opciones ofrecidas por el pelaje de caballo sólo se obtiene por aquellas personas que dominan con maestría el tradicional arte del trenzado a mano. En su búsqueda de materiales originales con los que trabajar, Dorit Berger redescubrió el casi olvidado pelaje del caballo. “Me pareció fantástico - un brillo inigualable”. Tibias y suaves al tacto, aunque resistentes y duraderas con el paso del tiempo, las satinadas fibras del pelaje de caballo revelaron cientos de posibilidades creativas.

Un arte casi olvidado

La fabricación de tejido de pelo de caballo de máxima calidad es un arte que sólo algunos maestros tejedores han aprendido a dominar.

En Alemania pocos expertos disfrutan de la categoría de Dorit Berger. “Siempre quise aprender a hilar. Hay algo de mágico en ello. Y la fascinación nunca me ha abandonado”. Tras prepararse a conciencia como maestra tejedora, descubrió por sí misma la singularidad de un material como la trama de pelo de caballo.

La textura de pelo de caballo es todo un reto. Los pelos de la cola son relativamente cortos y rígidos no pudiendo ser hilados en una madeja continua. En realidad no pueden ser trenzados de forma convencional.

Para crear el diseño de filigrana de la Edición Especial 2009, los pelos deben ser cuidadosamente seleccionados para obtener un color y grosor uniformes. Se necesitan 70 pelos tejidos individualmente para obtener un centímetro de trama. Es una tarea extraordinariamente laboriosa que va pelo a pelo generando un trenzado de textura cambiante, ligera y oscura, en sorprendente contraste con la tibieza de las partes metálicas bañadas en platino. Como los matices oscilan en función de la posición de la pieza, cada pluma estilográfica de pelaje de caballo se convierte en una obra de arte única.

Extraordinaria presentación

Cada una de las piezas viene numerada en el interior del tapón y se presenta en un atractivo estuche de regalo que incluye un folleto informativo y un certificado de autenticidad.

La firma personal de Dorit Berger garantiza la autenticidad del pelo de caballo empleado así como el carácter limitado de la edición.

En caso de estar interesado, puede hacer una petición para que elaboremos una edición especial utilizando el pelaje de su propio caballo.